lunes, 20 de octubre de 2014

Semillas que protegen nuestro corazón

Aunque son semillas pequeñas, los frutos secos tienen grandes propiedades que traen numerosos beneficios para la salud.

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Estas semillas oleaginosas, que poseen una mínima cantidad de agua en su composición, son ricas en vitaminas (principalmente vitamina E, tiamina, niacina y folatos) y minerales (magnesio, potasio, zinc, selenio, entre otros). Asimismo, poseen un importante contenido de energía y de proteínas (en comparación con otros alimentos de origen vegetal) y además, constituyen una excelente fuente de fibra dietética. Pero lo que más destaca en su composición nutricional son los ácidos grasos insaturados, como el Omega 3, los cuales representan entre 51 y 73% de su peso total. Y son particularmente estas "grasas buenas" las que protegen nuestro corazón. Por esta razón, los frutos secos son alimentos que deberían ser incluidos en la dieta diaria, pues su consumo frecuente se relaciona con una menor incidencia de infartos de miocardio.
Un estudio realizado por científicos de la Universidad Estatal de Louisiana, que fue publicado por el Journal of the American College of Nutrition en el 2011, ha demostrado que el consumo frecuente de frutos secos está relacionado con una reducción de los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, del síndrome metabólico y de la Diabetes tipo 2.
Además de ello, estas semillas tienen un significativo poder antioxidante por su alto contenido de polifenoles, sustancias que contrarrestan los efectos de los radicales libres sobre las células, y por lo tanto, reducen el riesgo de contraer ciertos tipos de cáncer y enfermedades degenerativas como las del corazón, además de prevenir el envejecimiento.
Pero a pesar de sus numerosos beneficios, muchas personas temen consumir estas semillas por su elevado contenido calórico, que podría generar un aumento de peso. Sin embargo, si se consumen en las cantidades adecuadas, esto no tendría por qué ocurrir. La recomendación general para aprovechar las propiedades nutritivas de estas semillas es consumir 25 gramos al día (lo equivalente a un "puñado"), 5 veces a la semana.
Es importante tener en cuenta que no se debe confundir a los frutos secos (almendras, maní, nueces, pecanas, avellanas, pistachos, castañas, etc.) con las frutas secas o desecadas (pasas, guindones, albaricoques secos, higos secos, dátiles, etc.), pues estas últimas se caracterizan por su elevado contenido de azúcares, y como consecuencia, no presentan los mismos beneficios para la salud que los frutos secos.
Por lo tanto, y en vista de que las enfermedades cardiovasculares constituyen una de las principales causas de muerte a nivel mundial, el consumo habitual de frutos secos, junto con hábitos saludables como seguir una dieta balanceada, practicar actividad física de forma regular, evitar el consumo de bebidas alcohólicas y restringir el consumo de tabaco, son una valiosa herramienta para combatir esta epidemia.

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